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(CNN) — Por muy delgado que se esté en general, los médicos no se basan solo en el índice de masa corporal (IMC) para determinar un peso saludable.

La medición del perímetro de la cintura debería formar parte de cualquier evaluación de la salud, señalan las nuevas directrices publicadas este jueves por la Asociación Americana del Corazón (AHA) en la revista Circulation.

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Lo anterior se debe a que las investigaciones demuestran que una barriga prominente puede ser un signo de lo que se denomina tejido adiposo visceral, una forma peligrosa de grasa que envuelve los órganos al interior del cuerpo.

“Estudios que han examinado la relación entre la grasa abdominal y los resultados cardiovasculares confirman que la grasa visceral es un claro peligro para la salud”, dijo la Dra. Tiffany Powell-Wiley, experta de los Institutos Nacionales de Salud en Bethesda, Maryland.

La grasa abdominal es diferente

A diferencia de la grasa que se encuentra debajo de la piel, llamada grasa subcutánea, la grasa visceral aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, diabetes de tipo 2, accidentes cerebrovasculares y colesterol alto.

Los especialistas creen que esto se debe a que la grasa visceral produce más proteínas inflamatorias que estrechan los vasos sanguíneos, aumentan la presión arterial, e inflaman los tejidos y órganos.

Los expertos subrayan que no se puede dar por sentado que se está a salvo de la grasa visceral si el peso general es saludable. Esto se debe a que se puede tenerla, aunque no se considere obeso según los estándares del IMC, y viceversa.

¿Qué hacer?

Según el comité de la Asociación Americana del Corazón (AHA), la actividad física más beneficiosa para reducir la obesidad abdominal es el ejercicio aeróbico, mejor conocido como cardio.

“Alcanzar un objetivo de 150 minutos semanales de actividad física, en particular de actividad física aeróbica, puede ser suficiente para ayudar a reducir la grasa abdominal”, manifestó Powell-Wiley.

Este parece ser el caso incluso si el ejercicio no produce una pérdida de peso, añadió. “Esta disminución de la grasa abdominal sin pérdida de peso puede estar relacionada con el aumento de la masa libre de grasa (o masa muscular) con el ejercicio aeróbico”, comentó.

“Sin embargo, se necesitan más estudios para determinar cuál es la mejor dieta, actividad física u otros cambios en el estilo de vida necesarios para reducir la grasa abdominal lo suficiente como para reducir el riesgo de enfermedades cardíacas”, añadió.

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El entrenamiento de fuerza también es bueno para desarrollar los músculos y quemar más grasa. Pero los ejercicios puntuales, como las sentadillas, pueden tensar los músculos abdominales, pero no se dirigen a la grasa visceral y, en este caso, hay que poner en movimiento todo el cuerpo.

Por supuesto, también es importante controlar el peso y comer de forma saludable. Lleva una dieta equilibrada con frutas, verduras y cereales integrales, y poca carne procesada, grasas saturadas y dulces.

Según los estudios, el azúcar es un actor negativo cuando se trata de la grasa del vientre. Las bebidas azucaradas son un factor clave porque el cerebro no registra las calorías líquidas de la misma manera que las sólidas.

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