(CNN) – Los infantes que fueron amamantados durante cualquier cantidad de tiempo tuvieron una presión arterial más baja que los que no fueron amamantados en absoluto, según un nuevo estudio, sugiriendo una vez más que “el pecho es lo mejor” para la salud.

La reducción de la presión arterial hallada en el estudio “es de una magnitud clínicamente importante y sorprendente”, sostuvo la Dra. Lori Feldman-Winter a CNN. Feldman-Winter, que no participó en el estudio, es la presidenta de la Sección de Lactancia Materna de la Academia Estadounidense de Pediatría.

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“Podría haber esperado que la diferencia fuera evidente justo antes o durante la adolescencia, pero el hecho de que estas diferencias se observaran ya a los tres años de edad indica que la lactancia materna participa en una programación metabólica que abarca todo el ciclo vital“, escribió Feldman-Winter.

Cualquier tipo de lactancia materna ayuda

El estudio utilizó datos de casi 2.400 niños que forman parte del estudio de cohorte CHILD (Canadian Healthy Infant Longitudinal Development). CHILD es una investigación longitudinal que hace un seguimiento de la salud de miles de madres canadienses y sus hijos nacidos entre 2009 y 2012.

La investigación publicada en Journal of the American Heart Association analizó los datos sobre la duración de la lactancia materna y los comparó con su presión arterial a los 3 años. En general, los niños amamantados tenían una presión arterial más baja, independientemente del tiempo de lactancia.

El hallazgo fue inesperado, manifestó la autora principal del estudio Meghan Azad. “Descubrimos, en contra de nuestras expectativas, que no importaba el tiempo de lactancia, ya fueran dos días, dos semanas, dos meses o dos años (…) Vimos una mejora con cualquier tipo de lactancia“, dijo.

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Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC), las investigaciones anteriores demuestran que una lactancia materna prolongada de seis meses a más de un año reduce el riesgo de los bebés de padecer obesidad, diabetes e infecciones gastrointestinales, entre otros.

A menudo se observa una “respuesta a la dosis“, lo que significa que “cuanto más tiempo, mejor” en relación con la protección contra las infecciones y el asma, detalló Azad, quien también es profesora asociada de pediatría y salud infantil en la Universidad de Manitoba en Canadá.

La recomendación oficial de la Academia Americana de Pediatría es la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses, y luego continuar con alimentos complementarios como cereales infantiles, frutas y verduras durante un año o más.

La lactancia materna inmediatamente después del nacimiento es “crucial”

Los estudios anteriores que habían examinado la relación entre la lactancia materna y la presión arterial de los niños habían sido inconsistentes, probablemente debido a las diferentes definiciones de lactancia materna, señaló el estudio.

Los investigadores del estudio actual clasificaron a los niños en función de la duración de la lactancia materna en los primeros días de vida. Una de estas categorías era la “lactancia materna temprana limitada”, definida como aquella que solo se produjo en el hospital.

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A diferencia de investigaciones anteriores sobre el tema, Azad dijo que el estudio era único porque tenían información muy detallada sobre la lactancia materna durante la estancia en el hospital tras el parto. Esto les permitió llegar a la conclusión de que incluso la lactancia limitada a uno o tres días en el centro de salud está relacionada con una menor presión arterial a los 3 años.

Azad reconoció diferentes razones por las que las mujeres no amamantan: es posible que no hayan sido educadas sobre sus efectos, que se sientan avergonzadas por las actitudes sociales hacia la lactancia en público y que algunas tengan razones clínicas para no hacerlo, entre otros factores.

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La experta sostuvo que todo ello debe ser reconocido y abordado por los responsables políticos y los proveedores de atención sanitaria, indicó. A la luz de sus conclusiones, las autoras del estudio hicieron hincapié en la necesidad de un apoyo inmediato a la lactancia después del parto y de una mayor educación al respecto para las madres recientes y futuras.

Las investigadoras esperan continuar el seguimiento de esta cohorte y monitorear si estas diferencias en los niveles de presión arterial a la edad de 3 años impactan en la salud de los participantes en la edad adulta. También pretenden aprender más sobre el calostro y la leche materna para entender por qué están relacionados con la reducción de indicadores de salud negativos.

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