Las capacidades lingüísticas son un factor clave para el desarrollo del cerebro y del lenguaje en la primera infancia. En Chile, al menos 40,2% (199) de los niños posee un rezago en sus habilidades comunicativas.

Es decir, en la capacidad de expresarse, comprender a los demás y establecer conexiones significativas a través del lenguaje verbal y no verbal. Así lo reveló el informe Diagnóstico de Habilidades en Primera Infancia, de la Fundación Familias Power, que evaluó el proceso de desarrollo de 495 niños de entre 2 y 4 años de sectores vulnerables en áreas como:

  • La comunicación
  • Habilidad motora gruesa
  • Habilidad motora fina
  • Resolución de problemas
  • Habilidad socio individual

“El no desarrollar adecuadamente estas habilidades puede afectar la capacidad del niño para expresar sus necesidades, dando lugar a frustración y ansiedad. También pueden tener podría conllevar dificultades en la escuela, ya que la comunicación es fundamental para la comprensión de las instrucciones, la interacción con sus compañeros y la adquisición de conocimientos”, dice Anne Traub, directora ejecutiva de la entidad.

La edad considerada fue de hasta 54 meses y el estudio fue efectuado a través de las tutoras de la Fundación, con la herramienta ASQ-3.

Otro resultado preocupante es que la segunda dimensión más rezagada es lo relativo a la motricidad gruesa con un 33,7% bajo lo esperado. Dicha área hace alusión al control, coordinación y el funcionamiento apropiado de los músculos, huesos y nervios.

“Parte de este rezago podría deberse a la falta de lugares e instancias de juego para los niños. La escasez de tiempo de los cuidadores, el uso excesivo de pantallas, el desplazamiento en coche y otras variables como la inseguridad en los barrios. Todo esto ha implicado que el juego no se incorpore lo suficiente como se debería”, agrega Traub.

De acuerdo a la experta, estos resultados también se explican por los efectos que dejó la pandemia, debido a la ausencia de jardines infantiles y colegios los años 2020 y 2021, al escaso relacionamiento de los niños con otras personas, en especial con otros pares.

Se abarcó las comunas de Ancud, Calbuco, Catemu, Cerro Navia, Cholchol, Cochamó, Curacaví, Curicó, Futrono, Hijuelas, Iquique, Lampa, Llanquihue, Los Lagos, Paine, Panguipulli, Panquehue, Puerto Aysén, Puerto Octay, Puyehue, Río Bueno, Río Negro, San Juan de la Costa, San Pablo y San Ramón.

En cuanto a la habilidad socio-individual, es decir a la capacidad que tiene el niño de interactuar con otros y con él mismo, comunicarse, escuchar activamente, tener empatía, cooperación, flexibilidad, asertividad, apego y autocontrol, entre otros, se presenta un rezago de 33,1% (164).

En las otras áreas evaluadas, es decir la habilidad motora fina y resolución de problemas, los porcentajes de rezago fueron algo menores, pero igual de preocupantes, con 29,5% y 32,1%, respectivamente.

Aplicación y soluciones

Con este diagnóstico, la Fundación busca tener un mapa de intervención para así focalizar sus tutorías personalizadas en las habilidades descendidas de cada uno de los 495 niños evaluados. Así, durante un año de intervención, que ya comenzó, las tutoras se han centrado mes a mes en las habilidades rezagadas con actividades y sesiones de aprendizaje específicas para ello.

En diciembre, se hará un nuevo test realizará nuevamente el test, esta vez de salida, para diagnosticar la evolución de las habilidades de los niños tras la implementación de los programas de tutorías personalizadas que imparte FFP.

La Fundación Familias Power, creada en 2016 por la abogada Anne Traub y Matías Claro, tiene como objetivo impulsar a la familia como el primer educador de sus hijos, haciendo del hogar, siempre, la primera escuela.

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