Geofísicos de la NASA, calcularon sólo a días de que ocurriera que el megaterremoto del 27 de febrero de 2010, que el ángulo de la Tierra se movió 8 centímetros.

Esta noticia dio vuelta al mundo y en la práctica se tradujo en que el día se acortó 1,26 microsegundos. Sin embargo, no hemos sido los únicos. Un desastre natural en Indonesia lo habría reducido en 2,68 segundos.

Sergio Barrientos, director del Centro Sismológico Nacional, aseguró al respecto que “las estimaciones de estos valores de cambio de dirección de eje y velocidad de rotación en la Tierra, asociados a terremotos, son muy pequeños y no serían medibles aún. Sucede como consecuencia de la redistribución de la masa debido al movimiento de las placas tectónicas“.

“Los grandes terremotos ocurren en fallas donde un bloque se mueve con respecto a otro produciendo redistribución de masa. Por ejemplo, el terremoto del Maule de 2010 tuvo asociados desplazamientos máximos del orden de 20 metros de la Placa de Nazca bajo la Placa Sudamericana, desde la Península de Arauco por el sur, hasta la latitud de la localidad de Pichilemu por el norte“, explica Barrientos a Emol.

Lee también: Un posible pronóstico: Científicos descubren cómo los terremotos alteran la gravedad de la Tierra

El doctor en Ciencias de la Tierra explica que el terremoto trae consigo una redistribución de las masas de Tierra, y que para conservar el “momento angular” es necesario modificar la dirección del eje de la Tierra, así como la velocidad de rotación.

“Esto se asemeja a la situación de un patinador en el hielo que, al girar con sus brazos extendidos, y que al pegar los brazos a su cuerpo aumenta su velocidad de giro“, compara el experto.

Desecamiento y licuefacción: sismos en terrenos húmedos

Luedo de 5 días transcurridos del “27F”, cinco académicos de la Universidad de Concepción se juntaron para analizar y medir el impacto que ocurrió desde la desembocadura del río Maule hasta la localidad de Tirúa. Un recorrido que investigó humedales: ecosistemas acuáticos que nacen producto de un exceso de aguas subterráneas que se filtran a la superficie.

Según el Ministerio del Medio Ambiente, en Chile los humedales comprenden más de 4,5 millones de hectáreas según el Ministerio de Medio Ambiente.

“Uno de los cambios de tipo geomorfológico que pudimos ver, asociado al alzamiento del relieve, fue el desecamiento de los humedales como el del sector Tubul Raqui en Arauco”, aseguró una de los integrantes del grupo de investigación, Edilia Jaque Castillo, doctora en Ciencias Ambientales.

Según la experta ésto se trató de un fenómeno parte de una dinámica natural que no tuvo que ver con el relleno o la acción humana, sino que de la condición sísmica de nuestro país.

Lee también: La corteza terrestre podría estar partiéndose en dos en las costas de Portugal

Continúa asegurando que al levantarse la costa descendió la napa freática, aquella que produce la humedad. “Eso hace que se pierda la flora y fauna, al quedarse sin el ecosistema que le da vida”, agregó.

Según la experta, otro de los efectos del 27F fue la licuefacción. En sus palabras “un fenómeno que ocurre sobretodo en lugares húmedos en el que se separa lo sólido de lo líquido bajo la superficie”.

La experta recalcó que ésto es “un riesgo para el Sur de Chile, ya que desde Concepción hasta el sur se construye en humedales que se rellenan y los sismos desestabilizan el sustrato sobre el cual están no sólo las viviendas, sino también la vialidad, las redes de agua potable y el alcantarillado“.

Islas del Bío Bío: pérdidas y alteraciones

La Subsecretaría de Pesca licitó un estudio para evaluar las condiciones de las islas Mocha y Santa María, ubicadas respectivamente a 235 y 856 kilómetros del hipocentro. El informe que quedó en manos de la Universidad de Concepción ahondó en cómo el levantamiento del terreno afectó tanto el paisaje submarino, el hábitat y distribución de especies.

Fabian Tapia, oceanógrafo a cargo de dicho proyecto, aseguró que el hábitat marino de las dos islas se redujo en 340 hectáreas. Aún así, la biodiversidad no se vió brutalmente afectada.

Lee también: Equivalente a 25 mil notebooks: Así funciona “Guacolda”, el supercomputador chileno

“El loco y las lapas no se vieron visiblemente alteradas entre el antes y el después. Lo que sí pasó es que todas las comunidades biológicas que están en la orilla se vieron disminuidas. Entre ellas algunas especies de choritos, picorocos y estrellas de mar, pero se fueron restableciendo con el tiempo“, asevera Tapia.

Según el informe de Subpesca, se detectó un aumento de 103 hectáreas en la línea de costa emergida en Isla Mocha. Estas fotografías representan un islote ubicado al sur de dicha isla, antes y después del terremoto.

Tags:

Deja tu comentario


Estreno

Martes / 22:30 / CNN Chile