En un emocionante avance científico, un grupo de investigadores ha arrojado luz sobre un misterioso fenómeno en el reino animal que podría cambiar nuestra comprensión de la comunicación entre anfibios.

Un estudio de campo llevado a cabo en Sudamérica ha revelado que los anfibios tropicales, como ranas y salamandras, pueden brillar en la oscuridad gracias a un fenómeno conocido como biofluorescencia.

El equipo de científicos ha documentado patrones de biofluorescencia en una amplia variedad de especies, triplicando con creces el número de anfibios estudiados hasta la fecha.

“Nuestro estudio evalúa la variabilidad de la biofluorescencia de los anfibios y proporciona información sobre sus funciones potenciales y su papel en la evolución de los anuros”, explicaron los autores.

Durante diez semanas de intensa recolección de campo en Colombia, Ecuador, Perú y Brasil, los investigadores analizaron representantes de una familia de salamandras, una familia de cecilias y 13 familias de anuros, un grupo que incluye ranas y sapos.

Esto representó un salto significativo en la investigación, ya que aumentó el porcentaje de familias de anuros analizadas para biofluorescencia del 17% al 24%, sumando 39 géneros y 151 especies a la muestra (esto significa unas 528 ranas).

Lo que hace que estos hallazgos sean aún más sorprendentes es la variedad de colores y patrones que se descubrieron en la biofluorescencia de los anfibios. Al utilizar diferentes fuentes de luz para excitar la fluorescencia, los investigadores pudieron revelar patrones que antes habían pasado desapercibidos. Esto sugiere que muchos más anfibios de lo que se creía anteriormente podrían poseer esta capacidad luminosa única.

Además, encontraron una relación intrigante entre la biofluorescencia y el entorno en el que viven estas criaturas. “En todos los grupos, el pico de excitación de la fluorescencia coincide con las longitudes de onda más disponibles en el crepúsculo, el entorno luminoso en el que están activas la mayoría de las especies de ranas”, agregan.

Esta adaptación sugiere que la biofluorescencia podría estar desempeñando un papel importante en la comunicación entre los anfibios.

Los expertos especulan que esta capacidad de brillar en la oscuridad podría estar relacionada con la búsqueda de pareja, el reconocimiento entre individuos de la misma especie o incluso la advertencia de depredadores.

Este descubrimiento no solo arroja luz sobre un fenómeno poco comprendido en el reino animal, sino que también nos recuerda la importancia de explorar y conservar la diversidad biológica en nuestro planeta.

La investigación fue publicada en la revista bioRxiv.

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