Por Walter Cañón Mancisidor

En la era digital y con el creciente interés en la generación de energía limpia, las tierras raras se han convertido en elementos clave en la fabricación de dispositivos electrónicos y motores eléctricos. Estos elementos, como el neodimio, el europio y el samario, se utilizan en pantallas LED, turbinas eólicas, vehículos híbridos y otros equipos tecnológicos de última generación.

Las tierras raras también juegan un papel fundamental en la fabricación de motores eléctricos de última generación gracias a sus propiedades magnéticas y su resistencia a altas temperaturas. Estos elementos, como el neodimio, permiten la producción de imanes permanentes, que son componentes esenciales para transformar la energía eléctrica en energía mecánica. Los imanes de tierras raras también se utilizan en áreas como la salud, donde forman parte de equipos médicos como las máquinas de resonancia magnética y los marcapasos.

Aunque su nombre pueda sugerir lo contrario, las tierras raras no son realmente raras e incluso pueden encontrarse con más facilidad que otros elementos en la corteza terrestre. Sin embargo, lo que las hace realmente “raras” es su dificultad para ser separadas de los minerales con los que se encuentran asociadas. Este proceso de separación, ha sido controlado con bastante éxito por China, principal proveedor mundial que controla el 80% de la producción total.

Pero, también existen otros países que poseen yacimientos con un alto potencial en este recurso, y Chile es uno de ellos. En nuestro territorio, se han identificado importantes depósitos, como el yacimiento de arcilla en Penco y otros en la tercera región. Esta situación nos brinda una oportunidad única para impulsar el avance tecnológico y productivo del país, diversificando nuestra matriz productiva y agregando valor a través de la explotación de estos recursos.

La extracción y el desarrollo de las tierras raras en Chile no solo podrían generar empleo y desarrollo económico, sino también potenciar la investigación científica y tecnológica en el país. La inversión en I+D+i en este campo específico abriría nuevas puertas a la innovación y al desarrollo de nuevas tecnologías. Además, nos permitiría contribuir a la transición hacia una economía más sostenible y amigable con el medio ambiente.

Es esencial que, como país, tomemos conciencia de la importancia estratégica de las tierras raras y trabajemos para desarrollar nuestras capacidades en este ámbito. La creación de alianzas entre el sector público y privado, la promoción de la inversión en investigación y desarrollo, y la implementación de políticas que fomenten la sustentabilidad en la extracción y producción de tierras raras, son aspectos fundamentales para aprovechar plenamente esta oportunidad.

Es hora de que nos demos cuenta del valor estratégico de las tierras raras y trabajemos juntos para aprovechar esta oportunidad única. Impulsar el desarrollo tecnológico y productivo de Chile a través de las tierras raras es un camino hacia el progreso y la sustentabilidad.

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