Sí hay vida después de la muerte. Especialmente en algunas ciudades de Estados Unidos, donde permiten el compostaje con cuerpos humanos.

Nueva York se ha unido a los estados de Colorado, Oregón, Vermont, California y Washington al legalizar una alternativa mucho más ecológica para el tradicional entierro o cremación de una persona fallecida.

Además de ahorrar una gran cantidad de emisiones de carbono, esto le entrega a la familia del fallecido una nueva forma de mantener su recuerdo vivo y ayudar en este último trámite de su cuerpo físico.

Con esta medida adoptada por Nueva York, Estados Unidos refuerza su postura sobre entregar nuevas opciones a los tradicionales entierros, junto a Suecia, los únicos países del mundo donde esta práctica es legal.

¿Cómo es el proceso de compostaje?

El proceso de compostaje tiene una duración aproximada de un mes, momento en que el cuerpo se va fundiendo con alfalfa, astillas de madera o paja y se descompone gradualmente bajo la acción de microbios.

Una vez que se encuentra descompuesto, es sometido a un tratamiento de calentamiento para eliminar todo rastro de infección. Posterior a esto, la familia recibe la tierra final -aproximadamente unas 36 bolsas de tierra- para poder utilizarla como abono y plantar vegetales, flores o árboles.

La empresa Recompose señala que este servicio es capaz de ahorrar una tonelada de carbono en comparación a los entierros tradicionales y cuesta unos 7 mil dólares (aproximadamente uno $5.951.759).

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