Toyota ha lanzado una idea innovadora para abordar las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en los autos de combustión, presentando vehículos equipados con filtros de aire incorporados que capturan CO2 mientras se conduce. Sin embargo, los expertos cuestionan la eficacia de esta solución y señalan el escepticismo continuo de la compañía hacia los vehículos eléctricos.
La tecnología, implementada en un Corolla de combustión de hidrógeno GR, utiliza filtros de aire colocados en el área delantera del vehículo para capturar CO2 de la atmósfera mientras el automóvil está en movimiento. Además, aprovecha el calor residual del motor para inyectar el CO2 capturado en un líquido desechable.
Aunque la idea parece prometedora en teoría, los informes indican que el sistema actual solo puede capturar una fracción de las emisiones generadas por estos motores. Según Carscoops, los filtros solo convierten alrededor de 20 gramos de CO2 durante 20 vueltas alrededor de una pista, muy por debajo de las emisiones totales generadas por la quema de combustible fósil en los motores de gasolina.
La pregunta clave es si este sistema puede escalar para lograr una reducción significativa en las emisiones de un vehículo. Por el momento, no hay una respuesta clara.
Según reportó Futurism, esta iniciativa de Toyota también refleja su escepticismo persistente hacia los vehículos eléctricos. A pesar de los avances en la tecnología de vehículos eléctricos y los incentivos políticos para su adopción, la compañía continúa expresando dudas sobre su potencial de mercado. Los funcionarios de Toyota estiman que los vehículos eléctricos constituirán solo alrededor del 30% de las ventas totales de vehículos en el futuro, una postura que contrasta con la tendencia hacia la electrificación en la industria automotriz.
Si bien la propuesta de Toyota es intrigante, los expertos advierten que la verdadera prueba de su eficacia será su capacidad para reducir significativamente las emisiones de CO2. Con el creciente interés en la sostenibilidad ambiental y la necesidad de abordar el cambio climático, la presión sobre los fabricantes de automóviles para desarrollar soluciones efectivas para reducir las emisiones continuará aumentando.
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