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Este mes de febrero ha sorprendido a los habitantes de la Zona Central de Chile con un cambio radical en las condiciones climáticas. Tras un enero marcado por altas temperaturas, el segundo más cálido registrado en la historia, febrero no ha dado tregua y ha traído consigo un fenómeno poco común: lluvias y bajas temperaturas.

El jueves pasado, muchos residentes tuvieron que desempolvar sus abrigos y guardar los lentes de sol, preparándose para un clima más frío del esperado. Incluso algunos optaron por sacar los paraguas, algo inusual para esta época del año.

Desde la región de Valparaíso hasta el Maule, se han sentido las débiles precipitaciones y las temperaturas más frescas, ofreciendo un breve respiro a la ola de calor que azotaba la región desde semanas atrás.

Este cambio repentino ha generado interrogantes sobre su causa. Según los expertos, se trata de un episodio aislado que no marcará un precedente en el clima de la región. Se estima que la tendencia al alza en las temperaturas del océano y en la atmósfera continuará, así como el fenómeno del Niño que aún persiste.

Aunque los pronósticos a largo plazo son difíciles de asegurar, se espera que este evento se mantenga durante las próximas semanas, con un retorno gradual a las altas temperaturas que han caracterizado el año 2024. Además, se pronostica que el fenómeno del Niño persistirá al menos dos meses más, extendiendo el calor hasta el inicio del otoño.

Para los habitantes de la Zona Central, este cambio temporal en el clima ofrece un alivio momentáneo, pero deberán prepararse para un posible retorno de las altas temperaturas, que podrían extenderse hasta abril, como ocurrió el año pasado. Sin embargo, se espera que la duración de estos episodios de calor extremo disminuya gradualmente a medida que avanza la temporada estival.

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