El accidente nuclear de Fukushima, que sucedió en 2011 en Japón, condujo a la segunda peor crisis nuclear de la historia, después del desastre de Chernóbil, en 1986. ​ La planta nuclear, operada por la empresa Tokyo Electric Power Company (TEPCO), contenía seis reactores de agua en ebullición construidos entre 1971 y 1979.6

Hoy, a poco más de 10 años del evento, el gobierno japonés anunció que el vertido al mar del agua contaminada y tratada que se acumula en la central nuclear sucederá durante el transcurso de este año, a pesar de la oposición de los grupos pescadores locales de la ciudad homónima.

El desmantelamiento de la planta, que fue destruida por un tsunami que provocó el gran terremoto de dicho año, ya había comenzado, pero podría tardar al menos cuatro décadas. “Esperamos que el vertido se produzca en algún momento entre la primavera y el verano”, declaró el secretario jefe del Gabinete, Hirokazu Matsuno según BBC Mundo. Es decir, esto podría ocurrir entre marzo a agosto de 2023.

Fukushima water release could change human DNA, Greenpeace warns | CNN

Se trata del agua contaminada con residuos radiactivos tras emplearse para refrigerar los reactores o filtrarse dentro de las instalaciones nucleares, de la que se almacenan unos 1,29 millones de metros cúbicos en bidones dentro de unas instalaciones atómicas dañadas por el terremoto y el tsunami de 2011 donde se agota el espacio.

Japón había aprobado el vertido tras el tratamiento de sus aguas, en abril de 2021. El líquido, que según las autoridades japonesas está “tratado” en lugar de “contaminado”, comprende el agua utilizada para enfriar los reactores, la lluvia y el agua subterránea que se filtra en el área.

Instan a Japón a postergar vertido de agua de Fukushima

Los países insulares del Pacífico instaron a Japón a que retrase el vertido de aguas de la central nuclear de Fukushima por temor a posibles contaminaciones y riesgos a la industria pesquera, la salud humana y el medio ambiente, sostuvo el Foro de las Islas del Pacífico (PIF, por sus siglas en inglés).

La instancia, que reúne a 17 naciones insulares de la región, argumenta que el vertido podría tener un gran impacto en la industria pesquera de la que dependen las economías isleñas, que captura hasta la mitad del atún del mundo, según DW.

“La región se mantiene firme en su posición de que no debe haber desecho hasta que todas las partes verifiquen científicamente que dicho desecho es seguro”, subrayó el primer ministro de las Islas Cook y secretario general del PIF, Henry Puna, en su intervención en el seminario, de acuerdo a EFE.

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