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Tierra del Fuego es la frontera más austral del continente americano y la isla más grande de Sudamérica. Al “fin del mundo”, se localizaron las comunidades indígenas Selk’nam en las tierras ancestrales más recónditas de nuestro país, en la actual región de Magallanes.

Hoy, en una suerte de remembranza del pasado, sobre el territorio se localiza el Parque Natural Karukinka, que significa “nuestra tierra”, una joya natural 300 mil hectáreas que busca conservar el ambiente natural, educar y generar conocimiento y conciencia sobre la relevancia de la biodiversidad en el último confín del mundo. En Desafío Tierra conversamos con Melissa Carmody, coordinadora de Karukinka, quien nos contó sobre las consecuencias de los castores en la Patagonia, una especie que fue introducida hace poco más de 40 años y que en la actualidad son considerados como “una plaga”.

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“Lo que hacen los castores es transformar los sistemas de ríos o cursos de aguas en ecosistemas de laguna donde el agua está estancada, esto lo hacen cortando los árboles entonces, tenemos el efecto de la tala y por otro lado el efecto de inundación donde los árboles mueren inundados”, explicó la bióloga de la Universidad de Chile.

Esta especie puede alterar los suelos de tal manera, que el impacto es “desde nivel del ciclo de nutrientes a escala de los paisajes“. “Eventualmente lo que nos gustaría es que la especie fuera erradicada con el objetivo de restaurar los ecosistemas nativos”, dijo.

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Soluciones en la naturaleza para combatir el cambio climático

La llegada del castor ha provocado la pérdida de 23 mil hectáreas de bosque en Magallanes, según datos de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), sin embargo la experta enfatizó en que “hay que pensarlo desde el punto de vista de la restauración de los ecosistemas nativos”, ya que no es la idea matar castores “por matar”, sino que es reestablecer bosques y turberas impactadas, que almacenan grandes cantidades de carbono y son parte de las soluciones basadas en naturaleza para el cambio climático.

“Las turberas son humedales, cubren un 3% alrededor de la superficie de la Tierra, pero almacenan casi el doble del carbono que almacenan los bosques y una de las grandes amenazas que tienen en Chile, es que la turba (…) es un material concesible, está considerada como un mineral y cualquiera puede pedir una concesión y extraerla”, señaló.

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