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Diversos países alrededor del mundo han impulsado medidas para reducir la producción de gases contaminantes. En el caso de Nueva Zelandia, uno de sus principales desafíos son las emisiones generadas por la industria láctea.
Los últimos datos de Stats NZ revelaron que los gases de efecto invernadero liberados por este sector han alcanzado un máximo histórico. El informe detalló que hubo un incremento de un 3,18% durante el año 2019.
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El Ministerio de Medio Ambiente del país decidió responder y aseguró que los gases generados por las vacas lecheras han disminuido continuamente. Sin embargo, las cifras de Statz NZ incluyen todas las emisiones producidas en las granjas, no solo la de los animales.
La organización ambientalista Greenpeace sostuvo que las nuevas cifras entregan un panorama más completo, ya que incluyen lo generado por los fertilizantes nitrogenados sintéticos, los vehículos agrícolas y otras actividades asociadas a la producción de leche.
“La industria láctea quiere que todo se vea mucho mejor de lo que realmente es. Lo hacen mediante un truco de estadísticas: excluyen muchas de las cosas y actividades que están haciendo para que parezca que no son tan malos“, manifestó a The New Zeland Herald el activista de Greenpeace Steve Abel.
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A pesar de diferentes medidas adoptadas, Nueva Zelandia es actualmente uno de los países con peor desempeño del mundo respecto a la generación de gases contaminantes. Sus emisiones aumentaron un 57% entre el 1990 y 2018, el segundo mayor incremento entre las naciones industrializadas.
Abel recalcó la importancia de que exista una mayor regulación en esta materia. “Todas las promesas de la industria de que se autorregulará y se hará cargo del problema claramente no están funcionando. Eso se confirma con las cifras de emisiones reales”, dijo.
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