Las flores se reproducen sexualmente a través de la polinización, un proceso que implica la transferencia de polen desde el estambre de una flor (el órgano masculino) hasta el estigma en el pistilo (el órgano reproductor femenino).

Pero científicos del Departamento de Biología Vegetal y Microbiana (PMB) de la Universidad de Berkeley quisieron ir más allá, para investigar los procesos moleculares que preceden a la fase de reproducción que suele hallarse en los libros de biología.

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Desconocido hasta ahora, sirve como método de comunicación durante la fertilización. “A nivel molecular, todo este proceso ahora es más claro que nunca”, aseguró  el profesor Sheng Luan, presidente del departamento de PMB y autor principal de la investigación a DW.

Tal como las “cartas de amor”

La presencia de ondas de calcio, al estilo de “cartas de amor”,  preceden al proceso de fertilización, pero ¿cómo se producen? Luan y sus coautores introdujeron un biosensor para informar los niveles de calcio en la célula femenina, en busca de señales de las partes masculinas que liberan dichas ondas.

El estudio, publicado en la revista Nature, señala que los tubos polínicos emiten varios péptidos pequeños, es decir, ccadenas cortas de aminoácidos, que pueden ser reconocidos por receptores de péptidos femeninos. Una vez activados, estos receptores alistan un canal de calcio para producir una onda de calcio que guía el tubo polínico hacia el óvulo y así es como se inicia la fertilización.

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“Sabemos que la pequeña molécula peptídica sirve como una señal para la parte femenina de la flor, casi como un golpe en la puerta para hacerle saber que el tubo polínico está aquí“, agregó el experto.

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