(CNN) -La temperatura de los océanos del planeta alcanzó nuevos máximos esta semana, estableciendo un récord sin indicios de que vaya a enfriarse.

La temperatura media global de la superficie de los océanos alcanzó los 20,96 °C a finales de julio, según datos del Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea, superando el récord anterior, de 20,95 °C, establecido en 2016. Los datos oceánicos de Copernicus se remontan a 1979.

Gregory C. Johnson, oceanógrafo de la NOAA, dijo a CNN que las temperaturas de la superficie del mar se han disparado este año: “Lo que estamos observando es un aumento masivo. Se trata de unos 15 años de la tendencia de calentamiento a largo plazo en un año”.

El calor podría aumentar aún más. Las temperaturas superficiales tienden a mantenerse altas de agosto a septiembre antes de empezar a descender, dijo Johnson. Y agregó que “todavía hay margen para que las temperaturas de la superficie del mar sean más cálidas” este año.

Algunas olas de calor marinas de este año han conmocionado especialmente a los científicos por lo inusitadas que son y por los daños que están causando. El calor oceánico puede provocar el blanqueamiento masivo de los arrecifes de coral, así como la muerte de otras formas de vida marina y el aumento del nivel del mar.

En los Cayos de Florida, una ola de calor marino ha llevado las temperaturas oceánicas a niveles récord, dejando múltiples arrecifes de coral completamente blanqueados o muertos.

Una ola de calor “sin precedentes” en el Atlántico Norte frente a las costas del Reino Unido e Irlanda en junio, definida como “extrema” por la NOAA, registró temperaturas de hasta 5 °C más altas de lo habitual, lo que desató la preocupación por el impacto en la vida marina.

Samantha Burgess, subdirectora de Copernicus, dijo que el calor en el Atlántico Norte era impactante. “Nunca habíamos registrado ese tipo de ola de calor marino extremo para esa época del año… verlas en mar abierto, verlas en primavera… es muy sorprendente”, declaró a CNN.

El calentamiento de las aguas oceánicas también repercute en el clima. Los océanos desempeñan un papel vital como amortiguadores de la crisis climática al absorber la contaminación que calienta el planeta.

El agua más caliente lo hace con menos eficacia, lo que significa que queda más carbono en la atmósfera, alimentando el calentamiento global.

Algunos científicos temen que los récords de temperatura oceánica registrados este año marquen el inicio de una tendencia alarmante.

“Seguimos introduciendo gases de efecto invernadero en la atmósfera —afirma Johnson—. Y así, a largo plazo, las temperaturas de la superficie del mar van a seguir aumentando hasta que nosotros, como sociedad, decidamos reducir muy sustancialmente nuestro uso de combustibles fósiles”.

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