Crédito: Mark Johanson

¿Podrían los microbios ayudar a los humanos a construir colonias en la Luna y Marte? Es la interrogante que se hicieron un grupo de científicos de la Universidad de California (UCI), EE.UU., quienes desarrollaron un novedoso estudio a partir de las cianobacterias del desierto de Atacama.

Estos organismos microscópicos, que son capaces de absorver los nutrientes de las rocas, han inspirado a los investigadores al poder adaptarse con éxito en el hábitat considerado como el “lugar no polar más árido de la Tierra”, según la revista National Geographic.

Desierto de Atacama desde el espacio.

Los investigadores del Departamento de Ciencia e Ingeniería de Materiales y del Departamento de Biología de la Universidad Johns Hopkins recopilaron muestras de yeso y utilizaron microscopía electrónica de alta resolución y técnicas de imágenes espectroscópicas para comprender cómo las cianobacterias modifican los minerales naturales como las nanocerámicas sintéticas

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Chroococcidiopsis, la bacteria que sobrevive en el desierto de Atacama

Chroococcidiopsis - Wikipedia

Chroococcidiopsis, Wikimedia Commons.

De acuerdo a sus autores, a través de un proceso biológico que ha evolucionado durante millones de años, Chroococcidiopsis, una cianobacteria, excava rocas, extrayendo minerales que son esenciales para las funciones vitales, como la fotosíntesis, que permite su supervivencia.

De esta manera, la forma en que los microorganismos procesan los metales en su “desolado hogar” le hizo pensar al autor principal y profesor de la UCI, David Kisailus, en nuestras propias prácticas de minería y fabricación.

Esta especie de procariontes ha desarrollado “las adaptaciones más sorprendentes para sobrevivir en su hábitat rocoso (…). Algunos de esos rasgos incluyen la producción de clorofila que absorbe fotones de color rojo lejano y la capacidad de extraer agua y hierro“, según señaló en un comunicado Jocelyne DiRuggiero, coautora y profesora en la Universidad de Baltimore.

Kisailus señaló que se encuentra considerando un enfoque bioquímico utilizando análogos naturales o sintéticos de sideróforos, enzimas y otras secreciones para manipular minerales, en lugar de la gran maquinaria que funciona en la actualidad.

Además, aseguró que también podrían desarrollarse nuevos mecanismos para hacer que los microorganismos empleen capacidades bioquímicas similares y así producir material de ingeniería bajo demanda en lugares inhóspitos, como en la Luna o Marte.

“Si desea construir algo en la luna, en lugar de pagar los gastos de que la gente lo haga, podríamos tener sistemas robóticos de medios impresos en 3D y luego hacer que los microbios lo reconfiguren en algo de valor. Esto podría hacerse sin poner en peligro vidas humanas”, sostuvo.

“Este es el tema principal de mi Laboratorio de Biomimética y Materiales Nanoestructurados. ¿Por qué tratar de reinventar la rueda cuando la naturaleza la perfeccionó durante cientos de millones de años? Solo tenemos que extraer los secretos y los planos de lo que hace la naturaleza y aplicarlos o adaptarlos a lo que necesitamos”, concluyó.

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