Hongos radiactivos podrían protegernos de la radiación espacial - (01:00)
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En 2017, sondas de la NASA detectaron una enorme y masiva “barrera” creada por la humanidad rodeando a la Tierra.

Ahora, pruebas recientes han confirmado que este campo está afectando al clima espacial – mucho más allá de nuestra atmósfera.

Esto significa que no sólo estamos cambiando fuertemente a nuestro planeta, razón de la por cual ahora se considera que estamos en el “antropoceno”, sino que también estaríamos alterando al espacio que nos rodea.

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Sin embargo, y a diferencia del cambio climático, esta enorme burbuja que creamos estaría favoreciéndonos.

Las sondas, lanzadas en 2012, corroboraron que nuestro planeta está rodeado por cinturones de radiación y un tercero, que los científicos afirman, es temporal. El círculo interior se extiende de los 640 a los 9.600 kilómetros sobre la superficie terrestre, mientras que el exterior de los 13.500 a los 58.000 kilómetros.

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Estas se habrían creado por la proliferación de un tipo de transmisión llamadas ondas de comunicaciones de radio muy baja frecuencia (VLF), las cuales comenzaron a volverse mucho más frecuentes en los ’60.

Según reportó ScienceAlertLa NASA confirmó que estas pueden influenciar el movimiento de las partículas espaciales que pasan cerca de los cinturones ya mencionados.

En otras palabras, gracias a la VLF, tenemos un clima espacial antropégico – el cual muchas veces nos protege de peligrosas partículas provenientes del Sol.

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