El descubrimiento de un exoplaneta gigante, denominado MWC 758c, puede ofrecer más pistas sobre el origen de los sistemas estelares. El cuerpo celeste puede estar generando los brazos espirales en su sistema planetario naciente.

Se sabe que los brazos llamados “discos protoplanetarios” son lugares de nacimiento de los planetas jóvenes, pero hasta ahora no se había detectado ninguno. Así como el descubrimiento del planeta resuelve, en parte, este misterio de los brazos espirales, también trae algunas posibles explicaciones que están bajo investigación.

“Nuestro estudio presenta una evidencia sólida de que estos brazos espirales son causados ​​por planetas gigantes”, señaló en un comunicado Kevin Wagner, autor principal del artículo e investigador postdoctoral en el Observatorio Steward de la Universidad de Arizona.

La estrella del planeta se encuentra a unos 500 años luz de la Tierra y tiene solo unos pocos millones de años. “Júpiter, al ser un planeta gigante, probablemente también interactuó y esculpió gravitacionalmente nuestro propio disco hace miles de millones de años, lo que finalmente condujo a la formación de la Tierra”, agregó Wagner.

Los astrónomos han obtenido imágenes de la mayoría de los discos protoplanetarios en sistemas estelares que son visibles con los telescopios actuales. De aproximadamente 30 discos identificados, alrededor de un tercio presenta brazos en espiral: remolinos prominentes dentro de las partículas de gas y polvo del disco.

Los brazos en espiral, según Wagner, pueden proporcionar información sobre el proceso de formación de planetas.

El sistema planetario MWC 758 observado por el LBTI en longitudes de onda infrarrojas.

“Nuestra observación de este nuevo planeta respalda aún más la idea de que los planetas gigantes se forman desde el principio, acumulando masa desde su entorno de nacimiento, y luego alteran gravitacionalmente el entorno posterior para que se formen otros planetas más pequeños”, agregó.

Los investigadores de UArizona finalmente pudieron detectar MWC 758c utilizando el Interferómetro del Gran Telescopio Binocular (LBTI), un instrumento construido por la U. de Arizona que conecta los dos espejos primarios del telescopio de 8,4 metros que pueden observar en longitudes de onda más largas en el rango infrarrojo medio.

Aunque se estima que el exoplaneta tiene al menos el doble de la masa de Júpiter, era invisible para otros telescopios debido a su tonalidad rojiza: es el planeta “más rojo” jamás descubierto, aseguró Steve Ertel, coautor del artículo y científico principal del instrumento LBTI.

¿Es un planeta frío?

Imagen de un planeta gigante impulsando brazos espirales en un disco protoplanetario a partir de simulaciones teóricas.

Para el Dr. Wagner, las grandes cantidades de polvo en las cercanías del planeta pueden indicar que todavía se está formando y que podría estar en proceso de generar un sistema de lunas como las lunas jovianas cerca de Júpiter.

Por otro lado, si el planeta sigue el modelo más frío, podría estar sucediendo algo en estos primeros sistemas estelares que hace que los planetas se formen más fríos de lo esperado, lo que llevaría a los científicos planetarios a revisar sus modelos de formación de planetas y estrategias de detección de exoplanetas.

Los astrónomos sostienen que una vez que observen el exoplaneta gigante con el telescopio espacial James Webb (JWST), podrán tomar una decisión sobre cuál de los dos escenarios se está desarrollando en el sistema infantil. Se le ha otorgado tiempo al equipo para usar a principios de 2024 para completar estas observaciones.

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