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El Congreso dio un paso significativo este martes al despachar el proyecto de ley de protección ambiental de turberas, un ecosistema vital para enfrentar el cambio climático, que ahora está a punto de convertirse en ley. La trascendental labor del Comité Científico, que asesoró la discusión parlamentaria en la Comisión Mixta, fue fundamental para alcanzar acuerdos clave en la protección de este valioso recurso.

La bióloga Carolina León destacó la relevancia del comité, señalando que “entregó información científica disponible para que la comisión mixta pudiera tomar decisiones basadas en evidencias“. Por su parte, el biólogo Pablo Marquet resaltó que este proceso sienta un precedente valioso para futuros proyectos.

El proyecto de ley, que busca otorgar protección a las turberas, superó su último trámite legislativo en la Cámara de Diputados y Diputadas este martes. Su aprobación fue posible gracias a una colaboración inédita entre el mundo científico y parlamentario, donde la ciencia se convirtió en un aliado crucial para la formulación de políticas públicas.

La ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, destacó la importancia de esta colaboración, señalando que “la discusión legislativa puede conversar con la ciencia” y que este tipo de acercamientos permite alcanzar consensos transversales para proteger el medioambiente, especialmente en medio de la crisis climática y la pérdida de biodiversidad que enfrenta el planeta.

El proceso legislativo comenzó en 2018, cuando senadores y diputados presentaron una moción parlamentaria para la protección de las turberas. Sin embargo, la propuesta fue modificada sustancialmente durante su tramitación, lo que generó diferencias entre ambas cámaras.

Ante este escenario, la ministra Rojas propuso la creación de un Comité Científico que asesorara la discusión legislativa. Este grupo, compuesto por profesionales especializados en turberas, elaboró un informe que sentó las bases para que los legisladores alcanzaran importantes acuerdos en la Comisión Mixta.

El trabajo del comité asesor fue fundamental para destrabar la tramitación del proyecto, permitiendo su aprobación tanto en la comisión mixta como en la sala del Senado. La participación activa de la ciencia en el proceso legislativo ha sido destacada como un ejemplo a seguir en futuros proyectos de ley.

En resumen, la exitosa colaboración entre científicos y parlamentarios ha permitido avanzar en la protección de un ecosistema crucial para el medioambiente, sentando un precedente valioso para la formulación de políticas públicas basadas en evidencia científica.

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