La langosta migratoria (Locusta migratoria) es una especie de insecto que puede generar plagas que pueden amenazar el medio ambiente. Pero cuando se forman grandes enjambres, son propensas al canibalismo y para evitarlo, secretan una feromona maloliente llamada fenilacetonitrilo (PAN).

Esto fue lo que descubrió un equipo de investigadores del Instituto Max Planck de Ecología Química, quienes identificaron el receptor de PAN en las langostas.

“Nos preguntamos cómo estos insectos influyen en el comportamiento de los demás dentro de grandes enjambres, y si el olfato juega un papel. Una base importante para nosotros fue la investigación sobre la formación de nubes de langostas por parte de Iain Couzin (…)”, dice el líder del estudio Bill Hansson, director del Departamento de Neuroetología Evolutiva.

Experimentos de comportamiento con la langosta migratoria evidenciaron que las tasas de canibalismo aumentaban cuando los animales que se mantenían juntos en una jaula. De esta forma, existe una relación directa entre la densidad de población y el comportamiento caníbal.

Según los autores, las langostas migratorias se presentan en diferentes fases:

  • Fase solitaria: los insectos viven individualmente y permanecen en el área.
  • Fase gregaria. exhiben el típico comportamiento de enjambre que encaja con su denominación como langostas migratorias.

Las langostas tienen más de 140 genes de receptores olfativos, por lo que el equipo de investigación tuvo que clonar muchos genes y probarlos uno por uno. Las pruebas en 49 receptores olfativos diferentes utilizando más de 200 olores relevantes llevaron a la identificación del receptor olfatorio OR70a.

“Si inhibes la producción de PAN o la función del receptor, podrías hacer que las langostas se comporten de manera más caníbal y potencialmente controlarse a sí mismas de esa manera”, enfatizó Hansson.

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