Diorama Museo Smithsoniano

El resultado de una investigación asegura que la Tierra estaría actualmente en la séptima “extinción masiva”, perdiendo miles de especies cada año. Además, propone que la razón de las extinciones masivas son los cambios ambientales graves.

El estudio fue realizado por investigadores de la Universidad de California Riverside (UCR) y publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, y establece como antecedentes seis extinciones masivas documentadas en la historia del planeta ocurridas desde hace 550 millones de años.

El documento sugiere que actualmente se está viviendo otra, dado la acelerada extinción de varias especies.

Los investigadores señalan que los cambios ambientales son los culpables de la pérdida del 80% de todas las criaturas al final de cada era, teniendo como primer antecedente la extinción masiva ocurrida en la era Ediacárica.

Según estudios anteriores, las especies que vivieron en la era Ediacárica fueron los primeros organismos en enfrentar una extinción en el planeta. Posteriormente, se registró otra hace 252 millones de años, entre los periodos Pérmico y Triásico.

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La mayoría de los dinosaurios y especies que habitaban el planeta desaparecieron hace 66 millones de años, al final del período Cretácico.

“Los registros geológicos muestran que los océanos del mundo perdieron una gran cantidad de oxígeno durante ese tiempo, y las pocas especies que sobrevivieron tenían cuerpos adaptados para entornos con menos oxígeno“, dijo la paleoecológa y coautora de la investigación, Chenyi Tu.

La teoría funda sus bases en la primera extinción masiva que, a diferencia de los periodos posteriores, fue complicada de documentar, ya que las especies estudiadas tenían un cuerpo más blando, por lo que las condiciones ambientales hicieron casi imposible su conservación fósil en el tiempo.

“Sospechábamos tal evento, pero para demostrarlo tuvimos que reunir una base de datos masiva de evidencia”, indicó Rachel Surprenant, coautora del estudio.


Dickinsonia, una criatura que se asemeja a una alfombra de baño del período Ediacárico.

Los resultados de la investigación tienen como objetivo refutar la teoría que señala que la mayor pérdida de vida animal, al final de cada era, fue algo más que una extinción, descartando las creencias que aseguran que estas extinciones masivas fueron provocadas por cambios en el comportamiento de los animales o la llegada de nuevas especies depredadoras.

“Podemos ver la distribución espacial de los animales a lo largo del tiempo, por lo que sabemos que no solo se mudaron a otro lugar o se los comieron, sino que se extinguieron”, dijo Chenyi. “Hemos mostrado una verdadera disminución en la abundancia de organismos“, indica.

Los científicos también estudiaron la relación que existe entre el área de superficie y el volumen de las criaturas, lo que sugiere que la disminución de los niveles de oxígeno fue la causa de estas muertes masivas y lo que podría estar afectando a las especies en la actualidad.

Aunque todavía no se descubre la razón por la que los niveles de oxígeno disminuyeron de tal forma al final de cada era, se establece el peligro real que representa la desestabilización que el cambio ambiental puede causar en las especies que habitan la Tierra.

Nada es inmune a la extinción. Podemos ver el impacto del cambio climático en los ecosistemas y debemos tener en cuenta los efectos devastadores a medida que planificamos para el futuro”, dijo Boan.

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