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Protagonista y pieza fundamental en los avances científicos realizados en los océanos, es es el Investigator, un buque australiano, símbolo de la apuesta de ese gobierno por la ciencia para así poder tomar decisiones de crecimiento.

Chile estudia estos modelos y ejemplos para poder realizar un trabajo igual de importante en nuestras costas. El Investigator es un buque multidisciplinario que tiene cabida para trabajar con la ciencia, la geología, la biología oceanográfica.

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El buque está equipado de tal forma que se transforma en una especie de laboratorio sobre el mar, que tiene como propósito estudiar el comportamiento de los océanos.

Nuestro objetivo es entregar ciencia que beneficie a la nación, que nos permitan afrontar grandes desafíos como la seguridad alimentaria, el cambio climático, cuidado de recursos marinos, entre otros”, explica la doctora Bárbara Musso, directora de Marine National Facility Csiro.

Cimas, volcanes y nuevas especies de coral a más de 4 mil 500 metros de profundidad ha sido solo uno, de sus múltiples hallazgos. A bordo, 40 científicos, capaces de navegar hasta dos meses sin problemas, recorren la inmensidad de los océanos, en búsqueda de evidencia y soluciones.

Podemos comunicarnos mediante el satélite, estableciendo nuestra posición cuando el sistema lo permite, generando un mapa que reconoce científicamente aquellos puntos”, agrega Musso.

Es tecnología de punta. Sus instrumentos son capaces de “escuchar” el fondo marino, digitalizar geografía y ecosistemas subacuáticos e incluso, dos perfiladores de corrientes ayudan a comprender el tiempo.

La pura mantención de la operación son 75 millones de dólares anuales, entonces hay una inversión decidida del Gobierno, en investigación científica como una manera de abordar los desafíos del futuro”, comenta Claudia Bobadilla, miembro de la junta directiva de Csiro Chile.

Ha servido incluso como instrumento para entender nuestro propio territorio marino. Investigadores de Csiro han estudiado qué está pasando en el sur austral chileno, pero también han estudiado qué nos falta.

“Ustedes comprenden muy bien sus ecosistemas. El traer ese conocimiento científico a quienes toman las decisiones para generar los cambios en, cómo funcionan las industrias, las administraciones, poder recuperarlos, ese es el paso que yo creo falta. No es que Chile no lo sepa, tienen los datos, hay que solo conectarlos“, indica la doctora Beth Fulton, investigadora de Csiro Australia.

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Allí Csiro Chile busca generar ese cambio, replicando el modelo de investigación científica australiano, en problemas tan importantes, que incluso fueron sellados en la COP 25, como el cuidado que precisamente debemos darle a nuestro océano.

Es así como este buque, el Investigator, se transforma en la evidencia de cómo un país entero decide colaborar con la ciencia y la tecnología, como parte de una estrategia de desarrollo que permite conocer las formas de abordar los desafío del futuro.

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