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El cambio climático y las emisiones de gases de invernadero han hecho que la transición energética a opciones más sustentables y menos contaminantes se vuelva una urgencia.

Es con relación a este tema que Futuro 360 conversó con Ana Lía Rojas, directora ejecutiva de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (ACERA), para diagnosticar la posición de Chile con respecto al cambio hacia energías limpias y qué desafíos quedan por soslayar.

La directora ejecutiva de ACERA comenzó comentando que “Nunca antes una transición energética, que las hemos tenido por cierto, ha tenido que hacerse en tan poco tiempo y además con este paraguas, este principio de lo que impone la lucha contra el cambio climático”.

Dentro de esa línea, agregó que “la sensación de urgencia, de entender que la lógica fósil tenemos que abandonarla rápidamente y que mientras más nos demoremos, va a ser más perjudicial, no solamente para la competitividad de un país, para un mercado, es para nuestra vida y el planeta tal cual lo conocemos“.

¿Cuáles son los desafíos energéticos de Chile?

Por otra parte, Rojas aseguró que existen problemáticas energéticas que no necesariamente se resuelven con el avance de la tecnología. “A estas alturas, las tecnologías existen, lo que falta claramente, y a nivel de cualquier país, no solamente Chile, todavía hay sectores que se oponen y que tienen resistencias obviamente a estos cambios porque significa la redistribución de riquezas y de poder“, añadió la directora de ACERA.

Por otra parte, la experta aseguró que estos sectores opositores emplean dos principales argumentos para “ralentizar” la transición energética, los conceptos de “seguridad y encarecimiento“.
Entre el concepto de seguridad y de encarecimiento, son los dos argumentos que hoy día se levantan como, más que una oposición, diría que es el manejo de la velocidad con la que se debe avanzar para la transición energética.

Hoy día están disponibles las tecnologías, como por ejemplo el almacenamiento, la primera y más clara tecnología que le va a proveer al sistema todas las condiciones de balance, de inercia, de estabilidad, que tanto nos importan a todos para mantener un suministro seguro de la energía”, añadió Rojas.

En esa línea, la experta afirmó que “en el año 2022 Chile importó 22 mil millones de dólares de combustibles fósiles. El año 2021, habíamos gastado 13 mil millones. Fueron 10 mil millones más de importaciones en fósiles que nosotros quemamos además y que tiene aparejado el tema de las emisiones. Y en un solo año, el encarecimiento fue tan brutal a propósito de los shocks internos, ¿cómo eso no va a ser una oportunidad para redistribuir el gasto?”.

“Se necesitan señales, se necesitan incentivos, se necesitan también políticas que hagan en el fondo conveniente el huevo o la gallina. Estamos en un punto donde tenemos que tomar algunas decisiones respecto de tarifas eléctricas que va a ser la gran discusión del año 2024“, apuntó Rojas.

Finalmente, la directora ejecutiva de ACERA proyectó un brillante futuro asegurando que “el año 2003 había un 1,3% de ERNC en el sistema eléctrico. Hoy día el 35% de la electricidad se produce con ERNC y si a eso le agregamos el 20% del aporte de hidroelectricidad convencional, estamos llegando a un maravilloso 55% de la generación eléctrica. Esa es una muy buena noticia. Tenemos el desafío de ese otro 45%“.

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