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Desde que se supo que el nuevo coronavirus no es “una gripe más”, el mundo entero espera ansioso el momento en el que la ciencia anuncie la creación de una vacuna contra el SARS-CoV-2. Decenas de prototipos están en fase experimental, pero es un proceso largo que requiere no solo dinero, sino tiempo para las pruebas clínicas y determinar la eficacia en humanos.

Para conocer un poco más sobre el proceso y cuánto dura el desarrollo de vacunas, Humberto Sichel conversó con Susan Bueno, investigadora Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII) y académica en la Facultad de Ciencias Biológicas de la PUC.

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El tiempo está en contra, todos los días se contagian decenas de miles de personas y otras tantas mueren a causa del COVID-19. Sin embargo, hay buenas noticias desde el punto de vista de avances científicos.

“Hoy en día, y lo que vimos impresionantemente con el caso de COVID-19, es que conociendo el material genético del microorganismo, con esa información ya se puede generar una vacuna. Y de hecho el material genético, o el genoma, del virus SARS-CoV-2 fue publicado el 11 de enero de este año y ya en marzo se tenían prototipos de vacunas basados en el material genético”, explica la investigadora del IMII.

Algunos han criticado que los tomadores de decisiones y líderes mundiales no hayan hecho los esfuerzos suficientes, incluso en la anterior pandemia causada por el predecesor coronavirus SARS-CoV. Bueno explica que, en aquel momento, cuando se logró contener los contagios, se detuvieron los avances por un tema presupuestario.

En este sentido, indicó: “efectivamente, parte del diseño de vacunas es un diseño, y el desarrollo de vacunas, es sumamente costoso. Entonces, obviamente se tiene que evaluar el costo efectividad que significa toda la inversión en el desarrollo de vacunas, y son muchas las enfermedades infecciosas que actualmente no tienen una vacuna, y que es muy importante el desarrollo de éstas”.

Cuando surgen nuevas enfermedades como el COVID-19, en materia de inmunología hay que tomar en cuenta las vacunas y tratamientos existentes, comenta Bueno. “Se ha demostrado en el caso de muchas vacunas, y también en este caso en particular de esta pandemia, es que plataformas que se generan contra otras patologías, o vacunas que se han desarrollado contra otras enfermedades, pueden también ser ocupadas como base para el desarrollo mucho más rápido de vacunas contra enfermedades, por ejemplo en este caso, que aparecen de un minuto digamos inesperado, que son nuevas, que la humanidad no tiene inmunidad y por lo tanto, se permiten tener varias estrategias a las cuales rápidamente se pueden utilizar y se pueden probar”.

Es importante también considerar que algunas de las vacunas que ya existen y que son aplicadas en la población podrían modificarse para generar vacunas que ahora protejan contra esta enfermedad.

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Todo tipo de vacunación que se desarrolle, definitivamente, tiene que pasar por las etapas de evaluación en estudios que se denominan pre clínicos, en desarrollo de dosis que son aptas para su uso en humanos. Y lo más importante que son los estudios clínicos de seguridad, de inducción de respuesta inmune y de efectividad”, agrega.

En cuanto al tiempo que tomará tener una vacuna para este nuevo coronavirus, la investigadora coincide con otras estimaciones: 18 meses.

Un año y medio es el tiempo en el que los actuales avances podrían concluir todas las pruebas. “Pensando que, por ejemplo, se tienen todos los experimentos y las etapas cumplen de acuerdo a lo esperado, que todo funciona perfecto, que tenemos financiamiento ilimitado, efectivamente una vacuna podría demorarse entre 12 a 18 meses en desarrollarse”, señaló.

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