Investigadores chilenos y europeos, lograron determinar el enjambre sísmico ocurrido en 2020 y 2021 en la Antártica gracias a una serie de datos sísmicos y geodésicos obtenidos de una estación sismológica local (JUBA) y un sensor GNSS (UYBA).

Los miles de sismos, que fueron identificados en el estrecho de Bransfield, un canal oceánico ubicado entre las Islas Shetland del Sur y la Península Antártica, se debieron a la actividad de un volcán submarino llamado Orca , localizado en la zona donde divergen la placa tectónica Antártica y la microplaca de las Shetland del Sur.

Universidad de Chile.

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La investigación, publicada en la revista Geophysical Reasearch Letters, permitió encontrar más de 36.000 sismos e identificar un fenómeno denominado “migración de sismicidad”, el cual fue fundamental para determinar que “los sismos estaban siendo conducidos por un proceso externo”, explicó en un comunicado María Constanza Flores, egresada de Geofísica U. Chile y coautora del estudioa.

“Aunque no era posible localizar todos los sismos, el hecho de que formaran parte de un enjambre sísmico permitía suponer que sus ondas eran similares entre sí y que todos provenían de una zona similar”, agregó Flores. Por su parte, el estudiante de doctorado de la Universidad de Grenoble, Leoncio Cabrera, se refirió al desafío que supuso la falta de información.

“Una de las mayores complejidades que tuvimos fue la falta de datos en la zona, ya que no había muchos instrumentos instalados. Por esta razón usamos metodologías que permitieron sacar provecho de la escasa información existente”, precisó.

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