(CNN) — El mayor símbolo de riqueza, el megayate, ha experimentado un aumento dramático en la demanda durante la pandemia, ya que los ultrarricos anhelaban la privacidad y el distanciamiento físico en su forma más lujosa y exclusiva.

Los pedidos fluyeron y se sumaron a una flota mundial en aumento de miles de superyates, definidos libremente como barcos de lujo de al menos 24 metros de eslora y tripulados profesionalmente. Los grandes megayates tienen un impacto desproporcionadamente negativo en el planeta.

Según un cálculo de los antropólogos de la Universidad de Indiana, uno con una tripulación permanente, una plataforma para helicópteros, submarinos y piscinas emite más de 7 mil toneladas de dióxido de carbono (CO2) anualmente.

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Multiplicado por 300, que es aproximadamente la cantidad de megayates en todo el mundo que se ajustan a ese presupuesto, eso equivale a más de 2 millones de toneladas de CO2. Esta cifra es más que las emisiones anuales individuales de aproximadamente una cuarta parte de los países del mundo.

Ahora, un nuevo proyecto de barco tiene como objetivo aprovechar el aura de lujo del megayate y fusionarlo con la investigación científica para crear un mega barco libre de emisiones que enfrentará a los científicos del clima y a los ricos en una atrevida búsqueda para salvar el planeta.

“¿Por qué no tomar a las personas más ricas del mundo, juntarlas con los científicos más inteligentes y brillantes y permitirles experimentar de primera mano lo que está sucediendo?”, pregunta Aaron Olivera, empresario nacido en Gibraltar y quien está detrás de la idea.

Un megayate como computadora flotante

Si se construye, la nueva embarcación, que se bautizará como Earth 300 en referencia a su longitud de 300 metros, o 984 pies, empequeñecería incluso al superyate más grande del mundo: el Azzam de 179 metros de largo, propiedad de la familia real de Abu Dhabi.

El diseño preliminar es elegante y atrevido, con una esfera única de 13 pisos que albergará dos docenas de laboratorios científicos. Recopilarán datos de los viajes del barco para, con suerte, encontrar soluciones que ayuden a mitigar la crisis climática.

Al ingresar a una plataforma de código abierto para permitir la participación de la comunidad global, estarán respaldados por una computadora cuántica, un nuevo tipo de computadora que emplea las propiedades de la mecánica cuántica para lograr una velocidad y potencia increíbles.

Crédito: Earth 300

Como gran parte de la tecnología que Olivera espera incorporar a Earth 300, la computadora cuántica aún no está disponible comercialmente. La mayor parte de la capacidad del barco de 425 personas será ocupada por dos grupos principales: 165 tripulantes y 160 científicos.

También habrá 20 estudiantes y un grupo de 20 expertos residentes –economistas, ingenieros, exploradores, artistas, activistas y políticos– formando un “crisol multidisciplinario“, dice Olivera.

Los únicos invitados que pagarán serán los turistas adinerados que ocupen las 20 suites VIP del barco, a un costo proyectado de poco más de US$ 1 millón por persona, para financiar la ciencia.

“Esta nave será una computadora flotante que permitirá que personas de todo el mundo participen en el viaje. Eso significa que estas personas adineradas que están subiendo a bordo tendrán que compartir la experiencia con el mundo, no solo entre ellos”, dice Olivera.

Un buque global

Olivera dice que prevé que Earth 300 se convierta en un objeto icónico de su generación y establece comparaciones con la antorcha olímpica y la torre Eiffel.

La razón por la que estamos construyendo un barco es que el cambio climático es un problema global, por lo que necesita un vehículo global”, dice. Y agrega que los océanos son el corazón palpitante del planeta, porque absorben la mayor parte del carbono.

Sin embargo, también quería que las personas se reunieran en un entorno confinado, experimentando una sensación de aventura e incluso de peligro. “Los enlaces que se hacen en un barco son muy diferentes de los que se hacen en un edificio estático”, dijo.

Olivera, que tiene experiencia en el mundo del lujo y la hospitalidad en Singapur, dice que la inspiración para Earth 300 vino cuando estaba buceando en las Maldivas y vio sus corales moribundos. Él concibe el barco como una forma de combinar dos mundos en colisión: el lujo y el ecologismo.

Crédito: Earth 300

La idea de un buque de investigación de lujo no es del todo nueva. REV Ocean, un proyecto similar proveniente de Noruega, es un superyate de 182 metros de largo y US$ 350 millones diseñado para investigar la sobrepesca, el cambio climático y la contaminación plástica.

Financiado por el magnate de la pesca y la perforación petrolífera Kjell Inge Røkke, se suponía que partía en 2022, pero el proyecto se ha retrasado de tres a cinco años debido a problemas con la construcción del barco.

Con US$ 700 millones, el costo proyectado de Earth 300 es el doble que el de REV Ocean, y Olivera está buscando astilleros en Alemania y Corea del Sur para la construcción. Él dice que el diseño preliminar y la ingeniería naval del barco se han completado y espera estar listo para un viaje en esta década.

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Creo que 2025 es posible para nosotros. Es solo una cuestión de que los chips encajen en los próximos seis meses más o menos, una vez que tengamos el paquete de financiación”, dice. Y agrega que la financiación también vendrá de inversores privados, como “instrumentos bancarios tradicionales”.

¿Un megayate de propulsión nuclear?

Inicialmente, el megayate utilizará combustibles sintéticos ecológicos, pero para satisfacer el requisito de estar completamente libre de emisiones, Olivera planea eventualmente modernizar un reactor de sal fundida, un tipo moderno de reactor nuclear.

Permitiría que el barco permaneciera en el mar indefinidamente, con total autonomía energética. Sin embargo, al igual que la computadora cuántica, esta tecnología aún no existe, pero está siendo desarrollada por la firma británica Core Power en colaboración con TerraPower.

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