Por Christian Noguchi
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La adquirimos cuando comemos lechuga, acelga, espinaca o perejil.También la encontramos en alimentos fermentados, como el queso brie el azul. En todos los anteriores hay vitamina K, una que hoy cobra relevancia, debido a los resultados de un estudio científico.

“Los pacientes con peor evolución, contaban con condiciones de coagulopatías y de trombolisis. La vitamina K se asocia a los factores que hacen posible la coagulación sanguínea; por ahí podría haber alguna relación”, asegura Andrea Valenzuela, nutricionista de la Clínica Alemana.

Fue una conclusión preliminar conocida gracias a la investigación realizada en más de 300 pacientes críticos por COVID-19 en Holanda. En ella se analizaron datos de fallecidos y también quienes tenían mayor probabilidad de ingresar a cuidados intensivos, detectándose una baja presencia de esta vitamina.

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“El déficit de vitamina K se asocia a una aceleración de la degradación de la elastina, una proteína que tiene que ver con la elasticidad de los tejidos. Esta falta de vitamina K, podría llevar a la degradación de la fibra elástica de los pulmones, conduciendo a un mayor apremio respiratorio en estos pacientes”, agrega Valenzuela.

Sabemos que su principal daño es en el sistema respiratorio, por lo que estos alimentos nos podrían dar algunas defensas en esta batalla. Pero ojo, expertos son enfáticos en decir que esto no es un llamado a sobreconsumirlos, porque, como todo exceso, puede conllevar un riesgo.

“Esto puede ser peligroso en pacientes que estén bajo el consumo de anticoagulantes. Por lo que no se está recomendando la suplementación de vitamina K”, agrega la especialista.

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Lo que si podemos hacer si sospechamos que nuestro organismo puede sufrir complicaciones con el COVID-19, es enviar una foto de nuestra radiografía de tórax a un portal web desarrollado por la Clínica Las Condes.

“Subir la imagen que yo quiera, que puede ser tomada con un teléfono celular desde un equipo radiológico, y de 10 a 20 segundos llega el resultado en un correo registrado. Esta dirá si encuentra características similares a los pacientes que han sufrido el COVID-19, o descartará las sospechas”, aseguró el doctor Marcelo Gálvez, radiólogo en jefe del Centro Innovación de Clínica Las Condes.

Es tecnología artificial que oficia cómo un doctor, en apenas 20 segundos, analiza nuestra radiografía de pulmones, una herramienta cuyos resultados tienen un 93% de efectividad.

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